Este fin de semana publicaron en Miradas al Sur una columna de opinión que escribió Mario Vargas Llosa para el diario El País de España en 1995 sobre las torturas que se aplicaban en Argentina durante la dictadura. Allí habla de "perros adiestrados en castrar a mordiscos a los prisioneros". No niego que sea cierto que eso ocurría, pero casi nadie suele mencionarlo cuando se habla de los distintos métodos de tortura y exterminio. Siempre se habla del submarino, la picana, las violaciones, los vuelos de la muerte, los falsos fusilamientos, los verdaderos, etc.
Pero el hecho de que Vargas Llosa lo mencionara me hizo acordar de que la única vez que había leído en mi vida algo parecido también había sido algo escrito por él. Fue en el libro "La fiesta del Chivo", donde cuenta que a un tipo le cortan los huevos y se los hacen comer.
Conclusión: creo que el gran escritor Verguita Llorosa está para el psicólogo.
Uno siempre habla de lo que le falta.
ResponderEliminara vargas llosa le falta que le muerdan los huevos?
ResponderEliminarLe gustaría estar castrado por ahí, quien sabe?
ResponderEliminarpero que le pongan anestesia por lo menos
ResponderEliminarNo sé si me da más asco Vargas Llosa o imaginarme esas torturas.
ResponderEliminarlas dos cosas, como diría el chavo
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