martes, 9 de septiembre de 2008

UN ARGENTINO EN NUEVA YORK

Siempre me divierte ver cuando aparece un argentino desubicado en cualquier contexto, una película, un libro o cosas así. Ahora me encontré uno en el último libro de John Grisham, "La apelación", cuyas 470 páginas me devoré en dos días, como siempre. Resulta que la esposa de uno de los protagonistas forma parte del Consejo Directivo de un tal Museo de Arte Abstracto, y una noche se celebra la fiesta anual de dicha institución.

"El plato fuerte de la noche, al menos para algunos, sería la subasta de una obra de arte. Todos los años, el comité encargaba a un pintor o escultor 'emergente' la creación de una obra para la ocasión y por lo general solían desembolsar más de un millón de dólares por el resultado. (....) La obra para este año era una triste pila de arcilla negra con varillas de bronce que se alzaban para dibujar vagamente la silueta de una joven. Llevaba el sorprendente título de Abused Imelda y se habría muerto de asco en una galería si no fuera por el escultor, un torturado genio argentino del que se rumoreaba que estaba al borde del suicidio, un triste destino que doblaría al instante el valor de sus creaciones, algo que no se le había pasado por alto a los espabilados inversores en arte neoyorquinos."

Unas páginas después, la escultura se subasta a 18 millones de dólares y se habla de una nota escrita por un crítico de arte: "(El crítico) le veía poco futuro a Imelda. El artículo concluía en página siete, con dos párrafos y una foto del escultor, Pablo, que sonreía a la cámara y parecía estar muy vivo y, en fin, sano."

10 comentarios:

Gisela Ange dijo...

Bueno... en esta parece que resultó bien lo del argentino... de no dar un peso por el tipo, a pasar a 18 millones, es un cuento con final feliz (al menos para él) :P

A mi me gusta cuando hacen referencia a Argentina, ya sea, por la geografía, el arte, o cualquier otro buen aspecto en películas, o libros internacionales... Quizás haya algunos que imaginen una Argentina ideal, culta, bella... (al menos sin los otros "detalles" que completarían una verdadera descripción)

Horacio dijo...

y bueno, se ve que no es el caso de grisham, que se debe pensar que somos todos unos chantas como pablo

Anónimo dijo...

a mi también me encanta Grisham! ahora voy a leer Playing Pizza.
me mató lo del argentino... un capo! (John nos sacó la ficha mal!)
un beso

tiacosas dijo...

Natalia Oreiro le parece fea? A mí me parece más bien antipática...

Desconfío enormemente de los libros cuyo título tiene un tamaño menor de letra que el nombre del autor. Uno así es Grisham.

Horacio dijo...

catu: ah, pero esa no es de abogados :(

tía: cuándo dije que me parece fea natalia oreiro??? me parece linda... y grisham es un capo, leelo

Félix dijo...

Qué groso, yo quiero ser un artista así, ja.

Horacio dijo...

y bueno, abandoná la literatura y dedicate a la escultura o a la pintura o a esas ladronadas, qué esperás????

tiacosas dijo...

Ay que sí que sí, dime que sí!

OMFG

Anónimo dijo...

Jajjajjaja... terminé acá buscando si la supesta escultura del tal argentino existía... pero ya veo que no... Leer a Grisham es una buena forma de matar el tiempo... me gusta mucho pero mi favorito seguirá siendo Stephen King... se que son estilos diferentes pero no encuentro otro autor que me atrape tanto

Horacio dijo...

jajaja noooo, no existe la excultura, ni pablo

yo con stephen king nunca pude pasar de la página 20, salvo con 22/11/63, que me gustó muchísimo, pero no es su estilo en general